El DIA DEL TRABAJADOR, UN DIA MEMORABLE Y DE GRAN SIGNIFICADO.
El mundo recuerda hoy El Día Internacional de los trabajadores.
Este evento se desarrollo en la Plaza Cívica. Alfredo Villamarin, presidente de la Union de Trabajadores, dijo que el objetivo de esta exposición es que la comunidad aprecie los bienes y servicios que poseen los trabajadores y además, que se aprecie el don del trabajo.
En Manabí esta fecha es recordada por organizaciones como la Federación Provincial de Trabajadores Libres de Manabí, que agrupa a diversas sindicatos de las entidades publicas de la provincia.
Hoy habrá varias actividades a nivel de Manabí. El pasado miércoles, en Manta se realizo una casa abierta, donde se mostraron los programas de prevención y acciones de reparación de los daños derivados de accidentes de trabajo., los trabajadores están amparados por el Ministerio de Trabajo.
En las disposiciones fundamentales del Ministerio de Trabajo, el articulo 4 señala la libertad de trabajo y contratación, además, dice que el trabajador es libre para dedicar su esfuerzo a la labor licita que a bien tenga.
En Quito también se realizaran marchas por parte de la Comisión de Trabajadores Ecuatorianos otros gremios, como la Asociación de Jubilados y Pensionistas “Batalla de Tarqui”.
En el Ecuador, uno de los primeros movimientos de reivindicación laboral, organizado por la confederación Obrera del Guayas, tuvo lugar el 15 de noviembre de 1922, en el gobierno de José Luis Tamayo.
La represión militar, encabezada por un general Barriga, ocasiono la muerte de centenares de trabajadores. Este desgarrador escenario inspiro a Joaquín Gallegos para que escribiera Las Cruces sobre el Agua, un legado de gran valor literario e histórico.
En este contexto se produjeron varios movimientos, en 1829 se formo un movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas.
Curiosamente, en Estados Unidos no se celebra esta conmemoración. Allí celebran la fiesta de los que trabajan el primer lunes de septiembre, que se viene celebrando desde 1882 a propuesta del dirigente Peter J. MacGuire, de la Central Labor Union. Esta celebración ha sido apoyada e impulsada por los patrones y gobierno para eclipsar el sentido real del 1 de mayo.
Los hechos que dieron lugar a esta celebración están contextualizados en los albores de la revolución industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX, Chicago era la segunda ciudad de EE.UU.
Del oeste y del sudeste llegan cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que albergarían a cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos acogieron a emigrantes venidos de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.
Ya en 1886, el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgo la llamada ley Ingersoll, estableciendo las 8 horas de trabajo diarias. Al poco tiempo, 19 estados sancionaron leyes que permitían trabajar jornadas máximas de 8 y 10 horas. Las condiciones de trabajo eran similares, y las condiciones en que se vivía seguían siendo insoportables.
Como la ley Ingersoll no se cumplió, las organizaciones laborales y sindicales de EE.UU se movilizaron. La prensa calificaba el movimiento en demanda de las ocho horas de trabajo como “indignante e irrespetuoso”, “delirio de lunáticos poco patriotas”, y manifestando que era “lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo”.
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